Inglés, a pesar de todo

Es curioso cómo todo lo que vas aprendiendo a lo largo de la vida se acumula en tu poca o mucha cabeza y se atropella por salir en los momentos que lo necesitas. Últimamente he tenido varias conversaciones sobre la educación y los idiomas (menos mal que variando la típica discusión de si el gallego es una lengua útil y el bilingüismo politizado) y me he dado cuenta de que, a pesar de todo, la gente de mi generación tenemos el inglés bastante interiorizado.

Digo a pesar de todo, porque está claro que durante mi época de estudiante, la metodología para aprender el llamado idioma universal no era la mejor. Mi profesora de inglés en primaria dejaba mucho que desear en cuanto a pronunciación y gramática. En los años de instituto mejoró un poco (poco) y en la universidad, aunque tenía una carrera muy propicia para aprender otros idiomas, no había ninguna posibilidad de que éstos estuvieran incluídos en el plan de estudios.

Pero a fuerza de academias, clases particulares, muchas series y películas en versión original y estancias varias en Reino Unido y Canadá, el inglés se ha hecho hueco en mi mente. Mi nivel no es advance ni mucho menos, y la verdad es que me arrepiento de no haberlo intentado con más ahínco.

Desde que estoy en Brasil tengo clases de portugués y día a día intento hacerme con los verbos, la pronunciación y la forma típica de expresarse aquí, pero inevitablemente me falta todavía mucho para dominar el idioma. Durante este proceso, me ha sorprendido que cuando intento explicar algo o hablar de algún tema y me faltan las palabras, el término adecuado en inglés aparezca automáticamente en mi cabeza. En algunos casos incluso antes que el castellano.

Es verdad que el que estemos rodeados de países que hablan español ayuda a encontrar la palabra correcta en muchos casos, o por lo menos, ayuda para hacerte entender. El gallego me da muchas pistas y ya he perdido la cuenta de las palabras que se dicen igual, parecidas o tienen la misma raíz en ambos idiomas. Pero cuando todo eso falla: ahí está el inglés para sacarte del aprieto. Aunque no uses bien el condicional y los phrasal verbs sigan siendo un misterio, al final, tenemos un montón de vocabulario aprendido e interiorizado que sin apenas darnos cuenta. O por lo menos en mi caso.  

Cuanto más me muevo por el mundo y más gente conozco, más valoro el saber otras lenguas y tener conocimientos de varios idiomas. Los colegios bilingües me parecen una maravillosa opción para facilitar el camino a las nuevas generaciones. La gente que desde pequeña puede hablar indistintamente en dos idiomas (sin importar la utilidad o inutilidad de ellos) es capaz de desarrollar un capacidad muy útil en el futuro aprendizaje de otras lenguas, asique no seamos cerrados de mente.

Y cuanto más valoro todo esto, más pena y más rabia me da que los gobiernos de unos y otros colores le den tan poca importancia a la educación y provoquen que una buena formación en idiomas sólo sea alcanzable para aquellos que puedan permitirse una matrícula en centros privados y academias de idiomas varias. Viendo los problemas e incongruencias de la educación en Brasil (eso es un tema aparte para otro post reivindicativo) me reafirmo en la idea de que un país nunca tendrá futuro si su población es ignorante, que los que sólo buscan su propio beneficio se aprovechan de los que no saben leer ni las líneas ni entre ellas. Y eso es lo que está pasando también al otro lado del Atlántico.

 

Cerebro Bilingüe_ La Vanguardia

El mapa del cerebro bilingüe_ El Mundo

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